No lleva guardaespaldas. No está en el punto de mira de las cámaras ni es objetivo del dañino laser. Tampoco le persiguen los periodistas deportivos en el entrenamiento matinal o 'los otros' cuando sale por la noche. Si acaso vela por él su novia Rocío. Sin embargo, lo que es capaz de hacer en una pista cubierta como jugador de fútbol sala sí que se puede calificar de 'galáctico'. Pese a contar con un solo brazo desde que nació, Aarón Núñez Cacao se ha ganado el respeto del gremio y ha dejado boquiabierta a su plantilla y a los aficionados que ven en La Granadilla al Extremadura Delta Badajoz FS (Actualmente juega en Nazareno Fútbol Sala).
«Como es algo que tengo desde que nací me he adaptado bien y consigo jugar con normalidad. Si tuviera algún problema o fuera perjudicial no jugaría. Desde chico jugaba al fútbol y nunca fue un obstáculo. Por eso me hice profesional. Alguna vez me he preguntado cómo sería si tuviera los dos brazos, pero tengo que conformarme con lo que Dios me ha dado y seguir adelante», explica el sevillano poco después del entrenamiento de ayer.
En la categoría es bastante conocido, pero eso no quita que los jugadores pacenses se sorprendieran al conocerle. «Los que no me conocían no se creían que yo fuera así, pero al verme jugar lo entendían. No sé. Será un misterio de la ciencia, porque esto no me ha afectado en la vida», contesta al ser cuestionado por la recepción en el equipo y por su increíble verticalidad.
Aarón no compite con personas con discapacidades físicas sino con personas de perfecto físico. Más mérito todavía porque demuestra que esa competencia es factible. De hecho, no es un futbolista más. En su primer año en el Badajoz hizo 35 goles. «Le diría a quien tenga un problema así que con trabajo y sacrificio no hay nada imposible».
Su segundo apellido, Cacao, suena a futbolista brasileño. Su voz en el vestuario se escucha mucho, ya que, como dicen sus inquilinos, es la alegría personificada. Un buen compañero que hace equipo y trabaja como el que más. Otro jugador, Javier Maestre, todavía se pregunta cómo es posible que suceda lo que él ve como testigo de lujo. «Si me ataran un brazo a la espalda y me pusieran a entrenar o a jugar me caería en menos de 10 segundos. Por eso tiene tanto mérito lo que hace Aarón».
http://www.hoy.es/videos/deportes/futbol/693806717001-para-aaron-nunez-cacao-imposible-nada.html
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